El agua es la próxima materia prima en convertirse en un gran negocio. A nivel mundial, nuestro suministro se está agotando, y donde hay disponibilidad limitada y alta demanda, las cosas se ponen interesantes. No se sorprendan si en un futuro cercano, un chaparrón hace que el mercado de valores alcance su punto máximo.
Trabajo conjunto para que la innovación del agua fluya
En diez años, el 60% de la población mundial estará viviendo en metrópolis. El problema que estas grandes ciudades enfrentan es su falta de suelo sin asfaltar para absorber las lluvias torrenciales causadas por el cambio climático. La presión que las aguas residuales ejercen en la infraestructura es cada vez mayor, al igual que el daño; el costo es inmenso. El suministro de agua es muchas veces proporcionado por los gobiernos locales y, al igual que los sistemas de cloacas obsoletos de la ciudad, se encuentran desbordados por esta tarea gigantesca.
Pablo Bereciartua, ex Secretario de Infraestructura y Política Hídrica de Argentina, vio la necesidad de un enfoque distinto y decidió desafiar a las empresas para que se junten con el Estado para que así surjan soluciones conjuntas. Terminó con cuatro veces más de fondos en comparación con el presupuesto inicial a través de la implementación de un sistema de bonos. Con su forma de pensar innovadora, construyó un puente entre el Estado y las empresas que resultó en infraestructura nueva y en acceso al agua para 4 millones de argentinos.
El arte ancestral de juntar agua de lluvia
Vale la pena echar otro vistazo a la forma en la que administramos el agua. Por mucho tiempo, la gente pensó que no era lucrativo juntar la lluvia utilizando las azoteas en áreas urbanas como un lugar para recolectar agua. Hasta que una investigación reciente demostró lo contrario: recolectar agua de lluvia a través de colaboraciones entre el sector privado y el público puede proporcionar entre un 17% y un 29% del agua no potable que necesita una ciudad, reduciendo de esta forma el gasto público por suministro de agua hasta en un 85%. Eso es mucho dinero ahorrado y mucha agua almacenada, lo que previene el desgaste de los sistemas de cloacas desbordadas. Imaginen todas las azoteas de la ciudad trabajando en conjunto como un escudo protector, manteniéndonos secos y, al mismo tiempo, proporcionándonos una necesidad vital.
De llovizna a agua potable
Pero el agua de lluvia todavía no es agua para uso doméstico, es actualmente el epicentro de soluciones innovadoras para los consumidores. Esa es la razón por la que la UE cofinanció Aqualoop, un sistema para recolectar y purificar agua de lluvia para uso doméstico. El agua está realmente tomando una nueva forma, tanto en el modo en que la usamos como en su valor. Y ya es hora, porque si no actuamos ahora, la ONU espera que en el año 2050, seis mil millones de personas padezcan la falta de agua limpia.
Jerga urbana
“Haz que llueva dinero” es un término de la jerga que significa ganar mucho dinero, o hacer algo muy exitoso. A lo largo de la cadena, está la oportunidad de empezar a replantearse el agua a través de la recolección, el almacenamiento y la distribución de agua. La buena administración del agua puede lograr mejores ciudades, lugares más salubres para vivir, con garantía de futuro y resistentes al cambio climático y la sostenibilidad. Ha llegado el momento de ponernos creativos.