El frío puede causar importantes percances en el sistema de abastecimiento de agua en nuestros hogares, provocando cortes en el suministro, gastos extras en reparaciones y consumos innecesarios para suplirlo. Las tuberías, de metal o PVC, no poseen la elasticidad suficiente para soportar la presión que ejerce el agua al expandirse cuando se congela, lo que puede causar que estas se agrieten o se rompan en muy pocos ciclos de congelación y deshielo. Sin embargo, Cuando tenemos instalaciones realizadas en polipropileno random (termofusión), la capacidad de soportar ciclos de congelación y deshielo es muy superior a las antes mencionadas.
Sin importar cuál sea el sistema utilizado en una instalación de agua, hay formas de mitigar estos inconvenientes. El mantenimiento de las tuberías en invierno es una de las tareas principales a llevar a cabo en casa cuando comienzan las bajas temperaturas y las heladas. Somos la empresa líder en la fabricación de soluciones para la conducción de fluidos en la construcción, y en este artículo te aconsejamos cómo enfrentar esta dificultad durante el invierno.
¿Qué pasa si se congelan las tuberías?
Para poder recuperar el suministro, la mejor opción es contactar a un especialista. Mientras tanto, como primer paso se puede ir buscando dónde se encuentra el tapón de hielo. Para esto, se debe abrir una a una las canillas hasta encontrar aquella que no provee agua. Luego verter, en caso de que sea posible, agua caliente, no hirviendo, en la zona donde suponemos que se ubica el tapón de hielo.
Sin embargo, lo ideal es no llegar a esta situación. ¿Cómo se puede evitar? Te compartimos algunas recomendaciones para cuidar tus tuberías durante el invierno y evitar que se congelen:
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Revisar regularmente durante el año el estado de las tuberías, estando alerta a toda presencia de humedad, donde no la debería haber.
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En caso de estar varios días fuera de la vivienda, se sugiere cerrar las llaves de paso y abrir las canillas. Así, se evita que quede líquido estancado en las tuberías pueda congelarse y generar destrozos.
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Para los tubos expuestos al exterior es recomendable que se revistan con material aislante de espesor considerable. Una alternativa es enterrarlas a un metro o más, según hasta donde llegue la congelación del suelo, siempre con su correspondiente cobertor.
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Durante la noche: dejar correr un pequeño goteo, sea de agua caliente o fría, especialmente para tubos que están expuestos al exterior.
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Colocar las canillas de servicio en nichos con tapa para protegerlas del frío.