El vocablo “Sostenibilidad”, en la última década y cada vez con más fuerza y aceleración, se ha posicionado como un factor común en múltiples campos de acción: política global, regional y local, industria, comercio, normalización, regulación, control, ambientalismo, medios de comunicación, educación, tecnología y demás.
Lo bueno es que todo está interrelacionado y cada día hay mayor claridad en principios, leyes, metas globales, técnicas/metodologías; por lo tanto, no hay excusa para estar aislado o ajeno a este tema … aunque prácticamente estamos obligados a interesarnos y actuar a favor del planeta, ya que en poco tiempo las exigencias serán mayores, dada su gran afectación.
La ONU en 1976 puso su bandera en defensa del planeta, con la primera Conferencia sobre Asentamientos Humanos Hábitat I, realizada en Vancouver, evento que se lleva a cabo cada 20 años como una cita global. En 1996 en Estambul se realizó el Hábitat II con el mismo objetivo, más en 2016 el Hábitat III realizado en Quito, se centró en Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, con énfasis marcado en los temas que afectan al ser humano como parte del planeta, dada su relación biunívoca.
Hábitat III estableció 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible “ODS”, con metas/compromisos específicos conocidos como Agenda 2030. Los avances tanto en los países desarrollados, como en las economías emergentes, han sido tibios hasta la fecha y los indicadores e información científica, nos presagian un futuro complicado para el planeta y obviamente para el ser humano. Es noticia de todos los días, la alta contaminación ambiental al aire, suelo y agua, las afectaciones a la salud y todas las alteraciones climáticas y su secuela.
¡Salvar al planeta debe ser un objetivo de todos, sin excepción!, pero… ¿que podemos hacer?
- Como Organismos Globales se han dado iniciativas muy variadas, una a destacar es la de la Organización Internacional de Normalización “ISO”, la cual hace aproximadamente 8 años, estableció que todas las normas que publican, deben estar alineadas con algún ODS.
- Como Nación; a pesar de ser una actividad compleja y relativamente novedosa, se deben establecer y controlar metas alineadas a los ODS y generar la concienciación de la ciudadanía alrededor de la preocupación por el planeta. Hay zonas protegidas como ciertos bosques, páramos, parques nacionales y demás, con el fin de preservar su hábitat natural, así como programas para disminuir la pérdida de la biodiversidad de especies animales, vegetales, marinas, etc.
- Como Gobierno Local, de a poco se generan regulaciones para edificaciones con la exigencia de disponer de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible “SUDS”, caso del Municipio de Quito, donde ya se requiere una gestión técnica respecto del agua de lluvia, la cual debe en cierta medida, ser almacenada, para disminuir la escorrentía superficial y generación de inundaciones, como para evitar el exceso de agua de lluvia en los sistemas de alcantarillado, generando mayores costos de tratamiento, como para favorecer su reuso en las mimas edificaciones. Esto es algo muy loable y digno de ser imitado por el resto de Municipios.
- Como Academia, ya existen carreras relacionadas con temas de sostenibilidad y asignaturas donde se procura concienciar e investigar más, en busca de alternativas y opciones inteligentes que generen ahorros y minimicen perjuicios al planeta. Los papers que tratan sobre sostenibilidad, economía circular, ecodiseño, reciclaje, comportamiento de nuevos materiales, son innumerables, siendo USA y China los países con mayor investigación científica.
- Como Medios de Comunicación, la tarea básica, más que alarmar con lo grave que está ocurriendo, debe ser el concienciar al ciudadano en pro del defensa del planeta y mostrarle opciones de buenas prácticas para generar hábitos sanos y beneficiosos para todos. Falta mucho al respecto.
- Como Industria en general, siendo una de las mayores generadoras de riqueza, de empleo, de avances tecnológicos, pero también aquella con una de las mayores cargas de responsabilidad en cuanto “al reto”, visto desde otro punto de vista “la oportunidad” de minimizar la polución ambiental, bajar la huella de carbono y la huella hídrica, producir y consumir responsablemente, generar las mejores prácticas sostenibles y ser un ejemplo a seguir para la sociedad.
Hay múltiples opciones, programas, certificaciones, premios, sistemas de gestión a implementar en las industrias y empresas en general, para alinearse con los ODS y más temas sostenibles a favor del planeta. Muy en voga, hoy por hoy, el exceso o la ausencia de agua de lluvia, afecta a los países que dependen de energía hidroeléctrica, para lo cual la implementación de un Sistema de Gestión de la Energía “ISO 50001”, q busca la “Eficiencia Energética” e inicia con la definición de una línea base actual, con el fin de establecer metas a cumplir en un plazo definido, implementando soluciones como el uso de energía alternativa, el cambio del tipo de motores, minimizando desperdicios energéticos por equipos obsoletos o de tecnologías caducas, usando iluminación led, construyendo espacios ventilados y frescos o con vegetación, que disminuya el uso de aire acondicionado, etc.
Se pueden implementar buenas prácticas de Economía Circular, como las “3R”, de las que hoy ya se conocen hasta “9R”, donde el adecuado consumo y reúso de materiales y productos generan importantes ahorros a la industria y a la sociedad. El uso exclusivo de materia prima virgen, está en amplio debate hace muchos años; sin embargo, la tecnología está brindando nuevas opciones para un uso ventajoso de materiales postconsumo, por lo que se comienza a aceptarlos a nivel global y dado que en algunos casos dichos productos podrían tener costos de fabricación más altos, algunos países establecen subsidios o beneficios para fomentar su fabricación y uso. El caso de elementos de hardware y componentes de equipos electrónicos ya es común conocer que han sido remanufacturados.
La industria del plástico es una fuenta inagotable de generación de ciencia y tecnología, alrededor de sus múltiples ventajas y en su amplia variedad de productos, nos brinda grandes oportunidades para la aplicación de prácticas sostenibles; a pesar, que en algunos casos es discriminado, el mal uso y disposición final que le da el ser humano, está generando polémica, la cual en el tiempo llegará a un punto de equilibrio o balance entre los beneficios y los perjuicios. Perjuicios que requieren definiciones a nivel de país de cara a exigir al ciudadano la segregación de los distintos tipos de residuos, el uso consciente y a su vez generar los medios para procesar apropiadamente dichos materiales y tornarlos en energía o en material postconsumo, reduciendo al mínimo el desecho al vertedero. Esto requiere de una amplia planificación de corto, mediano y largo plazo, a más de decisión política, recursos y control de su cumplimiento.
Una práctica interesante es la reducción de huella de carbono a través de la “compensación voluntaria de carbono”, siendo un método que aplica a todo tipo de empresa, como mecanismo para financiar esfuerzos que limitan o evitan emisiones de gases de efecto invernadero, incluso existen los llamados “mercados de carbono” que son un sistema comercial en los que se vende y compra créditos de carbono. Empresas donde por temas intrínsecos a sus materiales, procesamiento o negocio, es difícil reducir la huella de carbono, pueden generar proyectos de reforestacíon u otros, siempre y cuando cumplan ciertos criterios técnicos como por ejemplo que las plantas capturen alto contenido de CO2, que se cuente con metodologías certificadas como estándares “VCS” Verified Carbon Standard, que se garantice la permanencia a largo plazo, que no tenga doble contabilidad, etc.
Al analizar las buenas prácticas y las diversas opciones que se dispone en el mercado para el apoyo eficiente a la sostenibilidad del planeta, encontramos alternativas de todo precio, pudiendo ir desde buenas prácticas derivadas de iniciativas propias, como el uso de alta tecnología, … no hay excusa para aplicar alguna de ellas … las empresas pueden generar productos que apoyen a la sostenibilidad del planeta y un ejemplo de ello son las celdas plásticas “Aquacell” para la implementación de tanques de tormenta y así evitar inundaciones en las ciudades o aprovechar el agua de lluvia, amacenándola y reusándola. Otra opción plástica ventajosa y novedosa es el “Biotanque Séptico Integrado”, que en una unidad compacta trata el agua residual doméstica, disminuyendo la huella de carbono al no usar otro tipo de materiales tradicionales. Asímismo otros sistemas plásticos de distinta especialidad, pueden contribuir a cumplir los ODS.
Está demostrado que la imagen de las empresas preocupadas honestamente por la sostenibilidad del planeta, aquellas en las que sus estrategias son de triple resultado: económico, social y ambiental, generan réditos en el mediano y largo plazo, más aún cuando las nuevas generaciones llevan en su mentalidad un afán ambiental y de preocupación por su propio futuro.
Un ejemplo visible de buenas prácticas con productos plásticos, es el proyecto sostenible que la empresa “Plastigama Wavin”, diseñó y apoyó a implementar en la Hacienda Tranquila – Isla San Cristóbal – Provincia de Galápagos, consistente en la captación de aguas lluvias de dos techos, a través de un sistema de canales y bajantes, su almacenamiento en tanques de gran volumen y su posterior reuso para baños y para riego de un sembrío de una planta endémica y en peligro de extinción denominada “Scalesia”, la cual luego de un año y gracias a la preocupación de su propietario, se ha ampliado a más de una hectárea adicional, de aquella planta hábitat de los “pinzones”, aves pequeñas. Igualmente, se diseñó e instaló un sistema de tratamiento de aguas residuales domésticas con un BSI, del cual su agua tratada, igualmente alimenta al riego de las “Scalesias” sembradas. Esta práctica se relaciona principalmente con el “ODS 6” de agua limpia y saneamiento.
Fortalezcamos las iniciativas y prácticas sostenibles en nuestras empresas, hagamos uso consciente de los recursos naturales, generemos conciencia interna, comuniquemos lo bueno que hacemos … solo así, sumando esfuerzos, apoyaremos a la noble causa en defensa del planeta y nuestra supervivencia.
¡De nuestras buenas acciones depende la sostenibilidad del planeta y la rentabilidad que de ello alcancemos como empresa en el ámbito económico, social y ambiental!