La infraestructura de las ciudades de América Latina es muy susceptible al cambio climático. Esto se puede comprobar por los daños que causa cada tipo de evento meteorológico: las sequías han sido devastadoras para algunas zonas, mientras que las lluvias torrenciales dejan regiones enteras inundadas de forma traumática y estos eventos perjudican a miles de ciudadanos en todo el mundo.
El futuro, aunque brillante para las ciudades de nuestro mundo, está lleno de desafíos.
Con un 68% más de personas viviendo en zonas urbanas para el año 2050, según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, estas densas poblaciones suponen una demanda aún mayor de recursos básicos como el agua y la energía, que pueden perjudicar la calidad de vida si no se gestionan o controlan adecuadamente.
Además, el cambio climático ya ha provocado muchas catástrofes, como sequías que causan inundaciones (que pueden provocar) desprendimientos de tierra.
Así que ¿cómo nos aseguramos de que esto no vuelva a ocurrir? Sigue leyendo y conoce 3 características de ciudades sostenibles:
Planificación y desarrollo de una infraestructura sostenible
El cambiante paisaje de las ciudades nos obliga a pensar en la resiliencia de una manera nueva. Las viejas formas no funcionarán para todas las ciudades, pero no podemos pasar por alto el hecho de que muchas se proyectan hacia transformaciones basadas en la sostenibilidad con una infraestructura y unas operaciones alineadas en consecuencia.
Invertir en educación, medidas preventivas y evaluar riesgos
Para garantizar que la seguridad de nuestros ciudadanos no se vea nunca comprometida por eventos climáticos, tanto empresas como autoridades deben identificar posibles riesgos y amenazas.
No se puede permitir un enfoque complaciente o mediocre, sino que ha llegado el momento de adoptar medidas proactivas que ayuden a mantener informado sobre posibles riesgos, crear alternativas de prevención y evacuación, además, de educar a la población.
Proteger los recursos hídricos y los ecosistemas urbanos
Para evitar los peores efectos del cambio climático, debemos proteger los ecosistemas urbanos. Podemos hacerlo instalando sistemas de emergencia y de detección temprana de riesgos en caso de que los recursos hídricos o las infraestructuras se vean comprometidos debido al aumento de las temperaturas.
Las acciones de resiliencia climática y urbana bien diseñadas no sólo son buenas para el medio ambiente, sino que también tienen importantes beneficios económicos que garantizarán una vida mejor en un mundo en constante cambio.